Ferenc Farkas, compositor húngaro vinculado con España, fue el creador del gran Concurso de Coros de Tolosa. Su música tiene gran influencia de la canción popular y el mundo campesino, al mismo tiempo que un aire mediterráneo y latino. La Serenata fue editada en 1956: con expresión ligera y juguetona, cambia rápidamente de lo alegre a lo dolorido.
Maestro de capilla y organista de El Escorial, el Padre Soler tiene una colección de más de cien sonatas para clave, de uno hasta cuatro movimientos en la misma tonalidad, que recuerdan el espíritu de la suite. Sobre una de ellas el clarinetista valenciano José Vicente Peñarrocha realizó este arreglo para instrumentos de viento.
Manuel Castillo, el gran pianista, compositor y pedagogo sevillano, compuso el Quinteto nº 2 en 1955, y prácticamente supuso el arranque de su carrera artística. Es música de gran solidez y placidez formal, muy propia de su manera de ser.
György Sándor Ligeti, el gran compositor húngaro, es justamente considerado como uno de los más grandes compositores del siglo XX. Estudió con Pál Kadosa, Ferenc Farkas, Zoltán Kodály y en la academia Liszt de Budapest con Sándor Veress (quien había sucedido a Bela Bártok). Las Seis bagatelas fueron compuestas en 1954 y en ellas aún está inmerso en el lenguaje tradicional, que maneja con gran eficacia.
Roberto Gerard, nacido en Valls (Tarragona) estudió piano con Granados y composición con Pedrell y Schonberg. El Quinteto (1928) es fruto de la enseñanza de Schonberg. Es su primera obra atonal, no dodecafónica, construida sobre una serie de siete sonidos (si, mi, re, do, si bemol, re sostenido y fa sostenido). Aun así, la obra está concebida de manera seudofolklórica, con cierto colorido español.