El recorrido seguía con la evocación del arte cortesano francés del siglo XVIII: delicadas composiciones bellamente dibujadas en negro de Saint-Aubin, Robert De Launay (La despedida, 1777) Moreau-le-Jeune y brillantes impresiones en color de Janinet (El Baño de Venus, 1783) o Debucourt (La boda en el castillo, 1789). Se mostraba la evolución desde la invención del vocabulario rocaille ("rococó") a la del grabado en color, del concepto estético de lo sublime al expresionismo violento político de la Revolución francesa.
La exposición finalizaba con una muestra de estampas en torno a la Revolución francesa. El estilo idealista, galante y cortesano da paso a una expresión más realista y a un espíritu moral y social renovador inspirado por el pensamiento de los filósofos. Aunque artistas como Debucourt se mantienen fieles a la tradición de un tiempo pasado que conoció los dulces placeres de la vida cortesana (El paseo público, 1792), se impone la grandeza sombría de la época revolucionaria.
Muestras de esta sección son el conocido dibujo de Jacques Louis David de María Antonieta en el patíbulo y el aguafuerte de Debucourt La República francesa promulgando los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 1793).