Con posterioridad a su obra estrictamente geométrica como uno de los principales representantes del arte minimalista y conceptual de los años sesenta, hacia mediados de los noventa LeWitt entra en una fase más bien impetuosa y con profusión de arabescos, como puede verse en los presentes bocetos para un dibujo de pared; los bocetos se expusieron junto a la pintura mural a la que dieron lugar como la formulación conceptual de sus premisas. Es curioso que sobre el motivo de una mancha de apariencia amorfa LeWitt aplicara posteriormente un dibujo de rejilla a lápiz.Los numerosos diseños para dibujos o pinturas de pared de LeWitt están marcados por una estructura serial y no tienen carácter duradero, ya que se realizaban directamente sobre la pared, en muchas ocasiones sólo para el tiempo de duración de una exposición. Otro aspecto es que pretenden evitar la escritura personal del artista, siendo ejecutados, en la mayoría de los casos, y según detalladas indicaciones escritas, por sus ayudantes o por artistas locales, remunerados por su trabajo.