En su obra, Ackermann trabaja en el trazo musical de la línea y en el contraste elemental de línea, forma y color. El cuadro de formato vertical que se muestra aquí –presumiblemente pensado como revestimiento para una puerta de armario– está dominado por la superposición de “claves de color-forma” desarrolladas a partir de colores primarios y del blanco y negro, que son recurrentes en la obra de Ackermann desde 1912.