Que los regímenes totalitarios del siglo XX han utilizado el arte para su promoción es una constante histórica. Pero pocos casos resultaron tan extremos como el Tercer Reich entre 1933 y 1945. Este ciclo muestra las diversas estéticas y sus implicaciones ideológicas en la creación musical de este periodo, mezclando en los programas obras de autores perseguidos (cuando no masacrados), con la de compositores complacientes o incluso afines al régimen, todos activos en un estado político y cultural de excepción.