La simpatía de Rusia por España tras la derrota de Napoleón favoreció la proliferación de las canciones de inspiración española en los salones rusos a comienzos del siglo XIX. El viaje de Glinka a la península en 1845 reforzó los vínculos musicales entre los dos países, y la llegada de los “Niños de Rusia” durante la Guerra Civil permitió a Shostakóvich conocer un repertorio que no dudó en armonizar.
Según lo previsto en la Ley 34/2002 de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, en la Ley Orgánica 15/1999 del 13 de Diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y en el Reglamento (UE) 2016/679 General de Protección de Datos, le informamos que sus datos personales figurarán en nuestros archivos automatizados. Sus datos no son ni serán en ningún caso suministrados a terceros. Puede en cualquier momento ejercitar su derecho de acceder, rectificar, de oposición al uso y, en su caso, cancelar sus datos personales comunicando al correo electrónico privacidad@march.es la operación a realizar. Más información sobre nuestra política de privacidad.