Tras la derrota de Aníbal y Cartago en la Segunda Guerra Púnica (218-201 a. C.) Roma era una gran potencia, señora del Mediterráneo central y occidental, y con una enorme agresividad y voluntad expansiva. Pero hacia el este iba a chocar con los estados helenísticos sucesores del Imperio de Alejandro, orgullosos de su tradición militar. El enfrentamiento era inevitable y Roma tenía su pretexto: el rey Filipo V de Macedonia había apoyado (poco) a Cartago en su lucha a muerte con Aníbal, y era el momento de la venganza. En Cinoscéfalo (197 a. C.) Filipo fue vencido, pero las espadas quedaron en alto: todos pensaban en Oriente que la falange de picas era el núcleo del ejército más poderoso del mundo, y tocaba a Roma demostrar lo contrario.
La Tercera Guerra Macedónica (171-168 a. C.) librada por Roma contra el hijo de Filipo V, Perseo, aclararía las cosas definitivamente en la gran victoria romana de Pidna: la legión era superior a la falange y Roma a Macedonia. El monumento del vencedor, Emilio Paulo, usurpó a Perseo en el santuario de Apolo en Delfos es testimonio del definitivo cambio en el poder mediterráneo. Macedonia fue desmembrada y la monarquía macedónica quedó extinguida. Una segunda batalla de Pidna en 148 a. C., un intento crepuscular de restaurar la extinguida monarquía helenística, fue un asunto menor y no debe confundirse con la que nos ocupa.
Y sin embargo las cosas no son tan sencillas como parecen vistas a posteriori: el ejército macedonio era una fuerza potente y profesional, con elefantes y artillería, y su falange aterrorizaba a los legionarios, hasta tal punto que, incluso años después de Pidna el general romano vencedor, Emilio Paulo, recordaba con miedo la imagen del erizo de picas macedonias ¿por qué y cómo entonces Roma aplastó a Perseo?
Según lo previsto en la Ley 34/2002 de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, en la Ley Orgánica 15/1999 del 13 de Diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal y en el Reglamento (UE) 2016/679 General de Protección de Datos, le informamos que sus datos personales figurarán en nuestros archivos automatizados. Sus datos no son ni serán en ningún caso suministrados a terceros. Puede en cualquier momento ejercitar su derecho de acceder, rectificar, de oposición al uso y, en su caso, cancelar sus datos personales comunicando al correo electrónico privacidad@march.es la operación a realizar. Más información sobre nuestra política de privacidad.