esas aves de presa son ángeles caídos
beben las dulces aguas
robadas
comen migas
son las migas
de la última cena
acechando en el aire
dibujando la física del alma
el aviador sólo ve la oscuridad
y el tiempo
que no existe por sí mismo
un rumor de culebras venenosas
enroscadas en las hélices partidas
esas aves son ángeles caídos
volando libres
entre la codicia
no tienen ataduras con el odio
la red de la ilusión no las atrapa
no las arrastra el río del deseo
sin deseo
el temor
de dónde llega
la verdad no se ocupa de los fines
aves de presa
ángeles caídos
aquí están
no venían
en el espacio de lo inacabado
no deja el viento cicatrices en sus alas
(de En el mar de ánforas)